No se puede decir que nuestra entrada en la Habana fuera un camino de rosas, más bien creo que entramos con el pie izquierdo; un vuelo corto , directo y perfecto, pero cuando fuimos a buscar nuestro equipaje pasó algo que sería el preludio de lo que estaba por llegar… pimero me pareció ver mi mochila en la cinta, pero como iba estrenando tuve dudas…_ ¿Será mi mochila? La bajé de la cinta y abrí la cremallera de arriba… al ver que no estaba el anti mosquitos que siempre llevo a mano, volví a cerrarla y la subí de nuevo a la cinta de equipajes mientras comentaba…» Esto de comprar en Decathlon aún nos va a traer problemas; todos viajamos con mochilas iguales…» Luego pasó la mía y me la quedé después de hacer la oportuna comprobación. Al cabo de un buen rato apareció la que parecía ser la mochila de Mayca; pero la cogió y comprobó que no era la suya… la volvió a dejar sobre la cinta hasta que se quedó ella sola girando, sin que nadie preguntara por ella… lo que nos hizo sospechar que alguien se había llevado la mochila de Mayca confundida 😲
La cogimos y fuimos con ella a equipajes a poner la reclamación y a explicarles el caso : le contamos lo que había pasado ; la mochila de Mayca no estaba y además la única que quedaba era idéntica a la suya… y por eso sospechábamos que alguien se la había llevado confundida _»No pueden acusar a nadie si no tienen certeza» En fín, que no habían entendido nada… «_No acusamos de robar a nadie, sólo sospechamos que ha habido una confusión, si nos pudiera pasar el teléfono del viajero propietario de esta mochila le llamaríamos para comprobar si se ha llevado la otra confundida ..» Pero por supuesto ni podían dárnoslo, ni podían llamar ellos. Siempre piensas que estas cosas nunca te van a pasar a tí, pero otra vez se demuestra que todo lo que pueda pasar, es posible que también te pase …
Ahí fue donde empezamos a ver como funciona la burocracia en Cuba…( esto también puede que fuera un preludio de la noche que pasamos en la comisaría y que os contaré próximamente 😒) Después de sacarle una foto al código de aquella mochila, la dejamos en equipajes y nos fuimos a Iberia a preguntar si se podían poner en contacto con la persona propietaria de aquella mochila ...pero no había manera; no había nadie en la oficina, ni en los puestos de facturación… después de dar unas cuantas vueltas más y de que una amabilísima limpiadora nos diera cambio para llamar desde una cabina telefónica al hostal donde teníamos reservado, para avisar de que íbamos a llegar tarde. Finalmente Mayca consiguió que le facilitaran el nombre y el teléfono de la persona que suponíamos tenía su mochila. Así fue como después de media noche conseguimos un taxi que nos llevó a nuestro hostal en Centro Habana, aún sin la maleta de Mayca, que estaba harta de llamar a un teléfono que permanecía apagado o fuera de cobertura…
A la hora que llegamos a Centro Habana, todavía quedaba gente en la calle. Los cubanos hacen la vida fuera de casa y además se acuestan tarde. Mi primera impresión fue la de haber viajado en el tiempo; edificios destartalados, mucho cableado, calles con charcos, perros, ropa tendida… casas con las puertas abiertas y ancianos sentados al fresco mientras los niños jugaban a la pelota o montaban en bici…
Después de preguntar, llegamos al hostal donde nos recibió un chico amable y educado, así suele ser la gente en la Habana; empáticos, sociables y muy educados; nos dio la llave de la habitación y nos dijo que no nos preocupáramos que al día siguiente nos pediría el pasaporte y nos haría el check in. La mañana siguiente Mayca consiguió por fín hablar con la chica que se había llevado su mochila confundida, pero tanto la chica como la mochila de Mayca, estaban ahora en Artemisa, a más de 60 kilómetros de la Habana y la verdad que tampoco nos pareció una persona muy resolutiva, ni muy amable, porque después de llevarse la mochila equivocada dijo que iría al aeropuerto a recoger la suya y dejaría allí la de Mayca… lo que supondría tener que volver al aeropuerto (pagar un taxi al aeropuerto y perder un montón de tiempo) además tendríamos que pasar por todo el rollo burócrático para que nos la dieran…
No llevaron a buscar la mochila un par de chiflados… que ya no sé si alguno de ellos sería taxista. Hay algo que suele pasar con frecuencia en la Habana; una persona en la calle te ofrece taxi, él ni es taxista ni nada…pero se convierte por su cuenta en representante de taxista, normalmente es un sinvergüenza dicharachero que luego se mete en el coche del taxista, supongo que cobrando su comisión y te va «amenizando la carrera»… y así nos fue dando la lata aquel tipo… primero hablando de la parte de su familia que se había ido a España, concretamente a Murcia y de como volvían apalancados y diferentes y luego ya empezó el flirteo…un flirteo de esos descarados que ya aburren… primero te piropea a lo loco y hasta interpreta a través de tu mirada y dice leer tus pensamientos, luego te invita a salir, y como no entiende de excusas…insiste y te pide el número de teléfono…en fíns que llegado a ese punto, yo ya había desconectado de todo y creo Mayca le dio un número de teléfono falso.
Una vez recuperada la mochila y sin perder más tiempo, volvimos al hostal , donde conocimos a Antonio, un madrileño que levaba casi un mes perdido en la Habana, y que luego nos daría un montón de tips para movernos por la ciudad y ahorrar dinero… Antonio era el típico viajero anclado en un hostal y que parecía ya formar parte de la familia, pero de Antonio os hablaré largo y tendido en una próxima entrada, porque con Antonio vivimos una de las noches habaneras más extrañas. 😨 Ya con la mochila de Mayca, nuestra suerte parecía que empezaba a cambiar y nos fuimos caminando hacia el Malecón; parándonos en cada esquina para hacer fotos…
la Habana es una ciudad especialmente fotogénica; con una luz preciosa, una arquitectura impresionante y colorida y con una peculiar mezcla de razas que hace que todo sea vistoso y altamente fotografiable. El Malecón es el lugar romántico por excelencia de la Habana, a donde acuden las parejas a sentarse y charlar durante horas de espaldas a la ciudad y con la única vista de un mar interminable… el Malecón es además el lugar donde el cielo se mezcla con el color de los edificios, mientras de fondo suena una música que nos acompañaría durante toda nuestra estancia en Cuba, especialmente en la Habana, un lugar que no sería el mismo sin la música sonando en cada esquina. Desde allí emprendimos nuestro camino hacia el Capitolio, nos habían dicho que el capitolio llevaba años en reformas (parece ser una reforma interminable), así que lo veríamos con andamios, pero aún así el Capitolio es un símbolo de la Habana que no defrauda en absoluto…esa parte de la vieja Habana está bien conservada y es de una belleza que roza la perfección; el Hotel Inglaterra, el Saratoga… edificios con fachadas impresionantes que conservan todo el encanto y el buen gusto de antaño. Detrás del capitolio, se encuentra el palacio social del Centro Gallego en la Habana, hoy Teatro Federico García Lorca… y justo a un lado del Capitolio, están aparcados más de una docena de flamantes coches antiguos y sus choferes, que te proponen paseos de una o dos horas, visitando los lugares más importantes de la Habana, pero eran demasiado caros… nos pedían un pastón 😞
Allí fue donde conocimos a Ernesto.Y ahí fue también donde por fín entendí, la importancia de llamarse Ernesto 😉
Ernesto es un tipo sonriente, nada agresivo y es lo menos parecido a un engañador, la gente honesta se huele… y Ernesto nos convenció. Cuando tienes la sensación de que todo el mundo quiere engañarte y empiezas a desconfiar de todo, aparece alguien que hace que recapacites.
De repente, entre aquellos que nos gritaban y nos ofrecían precios altísimos, apareció Ernesto; con su pajilla y su guayabera blanca, con sus pecas y su sonrisa y nos invitó a ver su coche : _ Venid a ver mi coche, si os gusta os llevo… y por el precio no habrá problema. _ ¡vaya! ¡tienes un coche rosa! _»Es rosado porque quiso mi mujer y aquí son las mujeres las que mandan» después de esto sonrió y nos hizo la mejor oferta jamás oída antes. No quiero ni decir lo que nos cobró para no comprometerlo… pero pronto sabréis, que los buenos tratos, suelen dar su fruto y cuando volvimos a necesitar a Ernesto, no nos defraudaría.
Y es que no hay nada mejor que ir haciendo amigos por el camino! 😌
Me encanto! Gracias por compartir la experiencia.
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Gracias a tí por visitar el blog y por tu comentario 🙂 Saludos
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Hola. Soy cubano y me gustó mucho. Aunque realmente empezaron con el pie izquierdo en Cuba hay millones de personas dispuestos a ayudar a los turistas lo que en las zonas céntricas abundan los sinvergüenzas que quieren aprovecharse del desconocimiento del forastero que visita la isla por vez primera. Espero hayan conocido algunos de estos cubanos que les menciono.
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Muchos David, afortunadamente conocimos a muchos cubanos agradables y también pasamos muy buenos momentos en Cuba. Es un país precioso y a pesar de esos pocos pero vistosos engañadores, también hay mucha gente generosa, amable , educada y cordial que dá gusto hablar con ella. Muchas gracias por tu comentario 🙂
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Que forma de escribir! Te lo juro que engancha!! Jajajaja tienes que hacer los post que pones aqui!! 😉
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Y todo lo que queda por contar contar 😉 Muchas gracias!! 😀
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Eso es una negligencia del personal que trabaja en las puertas de salida, al no chequear de quien es el o los equipajes, porque usted tiene un nombre y un número, así que no entiendo todo ese rollo, quien es mas irresponsable, si la que se llevó tu equipaje, o las del aeropuerto
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Pues es cierto Pedro, no suelen mirar nada y se fían de que cada uno se lleve lo suyo, pero no deja de ser una negligencia… Gracias por tu aportación.
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Muy cierto todo lo que dices; nada que objetar. 😉 Solo una aclaración: si hubierais pasado por Artemisa a recoger la mochila les hubiera salido mas caro en cuanto a tiempo y dinero se refiere.
Saludos.
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Lo normal es que la persona que se ha equivocado tenga el detalle de acercártela, y más aún cuando dijo que había contratado un coche para volver a la Habana por su mochila… Nosotras hicimos lo que había que hacer, que era dejar en equipajes lo que no era nuestro y poner la reclamación de lo que faltaba. Son cosas que nunca piensas que puedan pasar pero obviamente pasan! Despues de todo, sin dramas!! jajaja Saludos y gracias por tu visita!! 🙂
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Ya quiero seguir leyendo.Me he quedado enganda.
Gracias por compartir la experiencia.
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Continuará! jaja …solo necesito tiempo! 😉 Muchas gracias Olga, por leer el blog y por comentar 🙂
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Me da mucha pena vuestra experiencia en Cuba y mucha vergüenza,soy cubano nacionalizado español y España y su gente me ha acogido muy bien.No todo en Cuba es negativo y personas como Ernesto son la esencia del cubano,que a su vez la heredamos en gran parte de los españoles.De cualquier forma gracias por un relato tan creíble ahora que Cuba está de moda y muchos piensan que viajan al paraiso.
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Gracias Livan por tu comentario, Cuba es preciosa; con un paisaje increíble y muchísima gente estupenda y súper educada, pero como en todos los lugares del mundo; tiene que haber de todo 😉 Cosas así pasan en cualquier lugar del mundo y ni este problemilla nada más entrar entrar en La Habana, ni otro episodio fatal que ya os contaré proximamente, me impiden ver todas las cosas buenas que hay en Cuba 🙂
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Bonita historia wow pare que está caminando cos ustedes por la Habana. Me encanto has un libro y pon un poco más de drama
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jajajajajajaja ¿más drama? El drama viene ahora, en la siguiente entrada…aunque como le dí tiempo y he pensado mucho sobre lo que pasó, ahora lo encuentro hasta cómico! 😉 Gracias por tu visita y tu comentario David , saludos 🙂
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Lo más importante es recoger esa experiencia de tu viaje. Excelente narración que te mantiene atento toda la lectura.
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Muchas gracias, Macalder. Este tipo de experiencias fastidian en su momento, pero cuando pasa el tiempo, sólo te hacen sonreír 😉
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Cuantos recuerdos de mis dos viajes allí.. y qué bien que todo quedara en una anécdota… aunque cuando te pasa fastidia y mucho!! 😉
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jajajaja la historia continua, eso sólo fue el entrante 😉 Gracias por tu comentario y tu visita al blog 🙂
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Cuba la bella isla de ardiente sol. He estado varias veces y siento perfectamente tus palabras y los jaleos que nos ocurren sin buscarlos. Es una experiencia inolvidable, pero con muchos tonos tristes tambien. Ahi naci y espero volver. Precioso articulo y fotografias.
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Muchísimas gracias, Carmen. Me encantan los comentarios que hacéis los cubanos. Tu isla es preciosa y la morriña que siente su gente, me es un sentimiento muy familiar. Cuando volví de Cuba tuve que pararme a pensar un tiempo, antes de ponerme escribir, porque es cierto que una vuelve con una mezcla de sentimientos y hasta un poco confundida. Saludos y otra vez gracias por tu visita y tu comentario 🙂
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Creo que todos los que volvemos de Cuba, volvemos con sentimientos encontrados 🙂 Pero quizás es la gracia y el encanto del país también, no?
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El país es precioso; con un paisaje y un clima inmejorables. La música,la arquitectura, todas esas galerías de arte, todo ese reciclaje, la gente, el colorido, la ropa tendida, los niños vestidos de uniforme … aunque me enfadé muchas veces por el intento de timo continuo, enseguida me desenfadaba y volvía a disfrutar de todo lo bueno que tiene la isla 🙂
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«Ahí fue donde empezamos a ver como funciona la burocracia en Cuba…»
Qué gran razón ..
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