Una vez mi hermana mayor, cuando todavía era pequeña, vió como venían a cortar un árbol, el árbol donde jugábamos…
Era un cerezo que sobrevivía tumbado, lo había tirado una tormenta pero el árbol había resistido con su raíz medio cubierta de tierra y seguía floreciendo cada primavera y dando cerezas salvajes que sólo nos gustaban a nosotras…
Aquel día mi hermana, al estilo Greta Thunberg , parecía rebelarse más que nunca… La oía hablar con mi madre en la cocina; le decía que no podían cortarlo… y mi madre le respondía _Se lo mandó cortar su dueña, no puedes hacer nada! Pero en el fondo la animaba a rebelarse contra aquel crimen…primero porque mi madre siempre fue una madre poco convencional y además se crió en un ambiente muy natural.
Mi hermana fue corriendo a parar el asesinato de aquel árbol antes de que fuera demasiado tarde y le dijo al hombre: _No puede cortar ese árbol! Y el hombre sólo le respondió: « Nena, ti non tes nin voz nin voto!»
Nunca había visto a una niña tan ofendida…Fue a hablar con la dueña del solar y al rato volvieron las dos juntas…
Maruja, que así se llamaba aquella mujer tan animalista; que se pasaba los días hablando con sus gallinas y su gato PinochA, que sí, era un gato! Mandó a aquel hombre que limpiara la finca pero que dejara aquel árbol tumbado vivo, para que siguiera siendo nuestro caballito y proveedor de cerezas amargas…
Y ese fue el primer éxito que le conocí a mi hermana mayor, que como todas las hermanas mayores era bastante impertinente y listilla.
No hay belleza que iguale a la naturaleza. Me encantan los árboles, delante de mi casa hay un paseo y ahora mismo están bailando al son de la borrasca Gloria.
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Yo tampoco creo que haya nada que la iguale y además, no encuentro nada superfluo en la naturaleza 🙂 Saludos Virgo lunática y gracias por la lectura y por tu comentario! 😉
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Por más éxitos como este… ¡Enhorabuena!
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Jajajaja Hace mucho tiempo de eso; ya sólo nosotros le recordamos ese éxito para reirnos un poco 😉 Muchas gracias por tu comentario, saludos! 🙂
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Me ha encantado la historia que me hace reflexionar como los «pequeños» gestos pueden mover montañas: como Rose Parks, que dió un paso de gigante a la lucha por los derechos civiles en EEUU por haberse negado a ceder el asiento a un blanco y moverse a la parte trasera del autobús en Montgomery, Alabama, el 1 de diciembre del año 1955 o,mas cercano, el joven tunecino Bouazizi que se inmoló a lo bonzo e inició con ello la revolución democrática en muchos países árabes, por poner dos ejemplos. Como dice la canción de Luis Pastor: «un grano no hace granero,pero ayuda al compañero»
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Gracias la lectura y por tu comentario! 🙂
Yo también lo creo! No se puede enseñar a los niños a obedecer sin más… A veces hay que rebelarse contra lo que creemos que no está bien, contra la injusticia… Siempre hay que dar el primer paso, quizás no consigamos nada, pero lo habremos intentado…y dando el primer paso también pueden aparecer aliados y entre varios, todo es más fácil.
Un abrazo!
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