De bodas y funerales.
La primera y única vez que me presenté a un casting , fue para una boda. A la niña que iba a llevar las arras le asustaban las fotos… hoy dirían que tenía fotofobia! Así que la novia, buscando una solución; llegó a mi casa con el vestido que tenían para que su sobrina llevara las arras y le pidió a mi madre que nos lo probara para ver si alguna de nosotras encajaba en aquel vestido… Me encantó la idea, me encantaban mis vecinas; cuatro chicas de unos veinte años que vivían con su madre casi enfrente de mi casa y pensé que sería divertido llevarle las arras a Rosiña… Esa vez parecía sonreírme la fortuna y como una cenicienta que prueba su zapato de cristal, me quedé encantada de ser yo la elegida… Me llevaron por primera vez a la peluquería; a una peluquera con la que ahora hago pilates, me marcaron unos tirabuzones y me pusieron un lazo enorme! Ya estaba lista para mi primer trabajo… 😉 No os negaré que hubo un momento de arrepentimiento; el que siento siempre justo antes de empezar algo…Pero ya estábamos allí y aunque me diera vergüenza; tenía que caminar con las arras por la iglesia, delante de los novios.

Las bodas siempre me han gustado, una celebración a lo grande; llena de tradiciones y simbolismos... Pero cuando trataron de sentarme en la mesa nupcial, preferí irme con «la plebe» a la mesa donde estaban mis padres 😉 Nunca me ha gustado tanto protagonismo!
Al regreso de su luna de miel, los novios me trajeron una muñeca con un cuerpo cónico de cartón lleno de caramelos que tuve que compartir con mis hermanas y ahí terminaba mi experiencia como niña de arras.
Pero como la vida dá muchas vueltas… después de varios giros y cambios de rumbo, cuando Rosiña estaba viviendo en Canarias, descubrió que tenía poderes que hasta aquel momento habían permanecido ocultos. Regresaron a Galicia y abrió un centro de consulta esotérica: echaba las cartas, leía el futuro, ayudaba en problemas de amores o a encontrar trabajo… No acudí nunca a sus consultas; primero porque tengo poca fé o ninguna en esas cosas y además, creo que nunca acudiría a una consulta de ese tipo con una persona conocida.
Su vida no fue ningún camino de rosas; Sus últimos años estuvieron marcados por los enfrentamientos con su familia, que no veía con buenos ojos su actividad profesional y también tuvo un grave accidente que le dejó múltiples secuelas… Le pasaron pocas cosas buenas, pero consiguió con su fuerza y su ánimo sobreponerse y mantener la sonrisa. Nos seguíamos encontrando de vez en cuando y ella me saludaba efusivamente con besos y abrazos y me preguntaba por mis hermanas y por mi padre; siempre me mandaba besos para todos… Si iba acompañada de alguna amistad; siempre me presentaba y presumía de que yo había sido la niña de arras de su boda… Yo también he presumido alguna vez de llevarle las arras a una «meiga» tan alegre y animosa; pensaba que quizás eso me hiciera también a mí un poco mágica 😉
Ayer nos enteramos de que Rosa había fallecido y mientras me arreglaba para ir a su entierro… recordé su boda; la comida, la fiesta, el baile… Esta vez no iba a ponerme un lazo, ni siquiera iría a la peluquería, pero escogí la ropa más bonita de entretiempo que encontré en mi armario , me puse rimel y me pinté los labios.
He asistido al sepelio con mi padre y después de mucho tiempo de no ir a misa, he salido echando chispas contra el cura, que en la homilia ha pedido respeto y que no la enjuiciaran porque solo Dios puede emitir juicios… y me ha fastidiado especialmente pensar que alguien le haya ido con el cuento al cura y que el cura haya entrado al trapo! Obviamente ese cura, con acento americano; no la conocía! y le habrá hecho caso a una mala lengua en lugar de callarla; como haría cualquier cura un poco experimentado en víboras que ni respetan la memoria de las personas recién fallecidas, que ya no están para defenderse … Todos los que estábamos en esa iglesia, que no éramos pocos; sabíamos de sobra lo amorosa, alegre, positiva y buena persona que era Rosa.
El entierro ha venido acompañado de un día nublado y triste de otoño; estuvo orballando durante toda la mañana … pero cuando estaban abriendo la sepultura para meter su caja, por un momento ha salido el sol! Ese momento mágico en el que muchos miran al cielo buscando el arco iris y en el que yo recuerdo siempre aquello que le escuchaba decir a mi abuelo cuando llovía y daba el sol: » Está casando a zorra» y sonrío pensando lo que yo imaginaba al escucharlo: Una zorra que caminaba de pie, como las de los cuentos; las únicas zorras que yo podía imaginar,recibiendo a los animales del bosque vestida de blanco, con velo y todo! Y una mesa kilómetrica llena de comida y de invitados a la sombra de un carballo; una fiesta con baile y diversión que se alargaría hasta el amanecer…
Me siguen encantando las bodas y a pesar de que sigo odiando las despedidas…cada vez llevo mejor los entierros ; aunque me sigan causando la misma incertidumbre, he llegado a la aceptación de lo que sé que es inevitale… Porque por mucho que tratemos de engañarnos, la vida es breve y todo se resume en pocas cosas y en pequeños momentos… La vida va de eso; de bautizos, bodas, risas y también de lágrimas, pero el final siempre es el mismo.
DEP, Rosa! Un abrazo hasta el infinito! Y que sigas contagiando tu alegría y tu buen humor allá donde estés.
