Los uros: su misteriosa vida y su cultura ancestral
Cada vez que cruzo una frontera terrestre fuera de Europa, el miedo se apodera de mí y me siento como si fuera una prófuga de la justicia o como si estuviera transportando droga; normalmente las fronteras terrestres suelen ser sitios poco amigables donde parece trabajar la gente más malhumorada …
Pero esta vez fue diferente; la manera en la que cruzamos la frontera entre Bolivia y Perú fue la mejor guiada y más afable de todas las que he pasado hasta el momento… El hombre que viajaba como copiloto en nuestro autobús, se levantó y empezó a darnos instrucciones… primero en español y luego en inglés; asegurándose de que a todos nos quedara claro. Nos bajamos en el paso fronterizo de Kasani y después de entrar ordenadamente en un edificio donde nos hicieron las preguntas de rigor y nos sellaron el pasaporte, pudimos continuar a pie hasta el otro lado de la frontera donde nos estaba esperando el autobús y un cartel de esos de tipo photocall que ponía Perú.
Fue todo tan rápido, tan fácil y tan agradable que me hizo gracia que hasta Helena comentara que uno de los guardias era guapo y la verdad es que tenía razón; era el primer buen mozo autóctono y sonriente, que aparecía desde que habíamos iniciado el viaje.
Una vez de nuevo en el autobús, aquel «guía de frontera» empezó a ofrecernos tours para visitar a los Uros, también se ofrecía a buscarnos alojamiento, pero nosotros ya habíamos reservado por booking. Así que atendimos únicamente a la explicación de los tours de los Uros… como toda la gente con la que habíamos hablado nos habían recomendado hacer el tour más corto; solo me centraba en atender a las actividades y al precio del tour de medio día… pero sin mostrar demasiado interés, porque realmente no tenía muy buenas recomendaciones ni siquiera de ese tour. Ante la falta de interés que mostrábamos, el «guía de frontera» se acercó y me dió un precio imbatible, pidiéndome que no lo comentara en alto… Y yo al ver que no le interesaba perdernos como posibles clientes, traté de obtener algún beneficio más y le pedí si podrían al recogernos al día siguiente en el hotel, guardarnos el equipaje hasta la vuelta de la visita a las islas flotantes y llevarnos de vuelta a la estación de autobuses ya con el equipaje… Puesto que esa noche, salíamos en autobús nocturno hacia Cuzco. Aceptó; estuvo de acuerdo en todo y luego lo fue arreglando sobre la marcha como mejor pudo.




Llegamos al hostel que teníamos reservado en Puno, hicimos el check in, dejamos nuestras cosas y nos fuimos a conocer la ciudad y a buscar un sitio donde cenar… Para mi sorpresa, Puno me pareció una ciudad tranquila y bonita; un buen lugar para la primera toma de contacto con Perú… A pesar de que me me habían recomendado no parar en Puno porque no valía la pena… Yo sigo creyendo que casi cualquier lugar se merece una oportunidad… Sé que hay mucha gente que se limita a los lugares súper turísticos ( Como Cuzco, el Valle Sagrado y Machu Pichu) por lo que prefieren correr; seguir sin parar para no perder el tiempo en lugares menos conocidos… pero en mi caso, cuando voy viajando lo que menos tengo es prisa y cualquiera de los pueblos que van apareciendo, me parecen interesantes.
Fue cruzar la frontera de Bolivia a Perú y notar el cambio; en Perú es todo un poco más ordenado y también más caro; las calles de los pueblos están asfaltadas, hay zonas peatonales, tiendas de «ropa normal», cafeterías… y los negocios que te podrías encontrar en cualquier ciudad española… En Puno también hay varios restaurantes recomendados, aunque ya no aceptaban más reservas… Así que terminamos cenando en un japonés bastante caro y nada de otro mundo, después de recorrernos el pueblo y parar en un bonito lugar en la plaza de la Catedral a tomar algo, en mi caso también después de buscar tiendas de teléfonos para conseguir una nueva sim para el móvil…estas son las cosas que trae un cambio de país! 😉
La mañana siguiente nos fuimos a visitar La Catedral de Puno, Basílica de San Carlos Borromeo, conocida como la catedral mestiza de Puno; ya que en ese mismo lugar hubo antes un templo indígena, el Supay Kancha, que fue demolido para dar paso a este templo, en cuyas esquinas aún se pueden apreciar los soles tallados en la piedra; que son las marcas de identidad y resistencia dejadas por los artesanos descendientes de los antiguos habitantes del altiplano. A través de estos símbolos, los canteros dejaron claro que, aunque la edificación fuera católica, seguía siendo parte de su cultura. Después de la visita a la catedral, subimos a uno de los miradores de Puno; ya que son varios los lugares desde dónde puedes comtemplar la ciudad y el Lago Titicaca a vista de pájaro … Y el escogido fue el Mirador del Cóndor; aunque fuimos en transporte público hasta el lugar donde comienzan las escaleras de subida al mirador; ya solo subir, es duro! A pleno sol y por unas escaleras que parecían interminables, llegamos a la cima y por supuesto, hicimos unas bonitas fotos desde lo alto del mirador.






Después vendría la tan esperada visita a los uros… 😉
¿Pero quienes son exactamente los uros?
Los uros son una etnia ancestral originaria del antiplano andino, aunque en el pasado hablaban el pukina, que es su lengua propia, con el tiempo adoptaron el aimara y el español, que usan en su vida cotidiana. Son considerados uno de los pueblos más antiguos del continente americano y se establecieron en el lago Titicaca para escapar de conflictos con las tribus anteriores a la llegada de los Incas y también de las sequías; una estrategia que les permitió vivir aislados y seguros. A día de hoy , mantienen un estilo de vida único; construyendo sus viviendas, embarcaciones y utensilios con totora; que es una planta acuática que utilizan para casi todo; incluso como alimento y combustible, y su economía se basa en la pesca, la caza de aves y la artesanía para el turismo.










Después de todo lo oído y todo lo leído, me preguntaba ; ¿Qué habrá de realidad y de ficción en las visitas a las islas de los Uros?
Pues parece ser que aún quedan algunos uros más auténticos; que viven de la caza y de la pesca, pero están en las islas algo más alejadas de Puno, pero lo que a vosotros os van a enseñar si váis a visitarlos; es lo que ellos consideran que es más bonito… y que no es más que es una especie de montaje con un decorado precioso, muy colorido y vistoso… Primero te llevan a una isla flotante pequeña, hecha de totora, donde nada más llegar vienen a saludarte y se van presentando; normalmente os recibirá el alcalde o alcaldesa de la isla…Al principio se siente algo extraño al caminar por las islas flotantes hechas de planta de totora, es como caminar sobre un colchón…Te avisan de que no camines por el borde de la isla por riesgo de hundimiento… Luego te enseñan algunas palabras en su lengua; para que al menos aprendas a saludar… Y hacen una especie de «performance» en las que mientras el guía, también uro, os explica todo lo referente a las islas, una mujer con estilo de azafata de la teletienda trata de ir ilustrando todo lo que dice con muñequitos artesanales que va colocando sobre una mesa… Luego os dividirán en grupos y cada uno llevara a su grupo a su «supuesta casa»; que no es más que una «casa piloto» sin apenas muebles, ni pinta de estar habitadas… pero que forma parte de un precioso y colorido decorado… Ya en la casa te ofrecerán ropa tradicional para vestirte como ellos, lo cual puede ser divertido… y después de que estás animado, tratarán de venderte artesanía… Una artesanía bastante cara que irás encontrándote luego en las tiendas y mercados de Cuzco a un precio inferior. Lo textil no dudo que lo hagan ellos, porque de hecho en la performance que montan para recibirte, algunas mujeres están bordando telas…pero también hay mucho llavero y demás souvenirs con pinta de estar hechos en China. Después de las ventas y de quitarte la ropa ura, te ofrecerán subir en un barco con forma de caballito hecho con totora , que te llevará hasta otra isla por un módico precio… y en la despedida de una isla a otra; un grupo de mujeres uras se acercarán al barco para cantarte una canción de despedida, tal vez en aimara… seguida por un éxito de principio de los 80s «Vamos a la playa oh oh oh ohh»… Ahí,casi nos dejaron sin palabras! 😱Pero fuimos rápidos y contraatacamos sin complejos; con la bonita canción andina que ya se había convertido en la banda sonora de nuestro viaje: «Canta pajarilloooo» Siempre hay que guardarse un as en la manga… 😌Y la cara de asombro pasó súbitamente de un bando a otro! 🤣 Mientras nuestro barco con forma de caballito, trataba de maniobrar para abandonar la isla.
En la otra isla a donde nos llevaron había un bar y tenía más pinta de estar habitada… También de paso por las islas fuimos viendo; un colegio, un campo de fútbol, y hasta una Iglesia Adventista del Séptimo Día , conocida como «iglesia sobre las aguas» … Me sorprendió ver la iglesia; llegan a todos lados! 😯 Pero también me pareció que le aportaba cierta veracidad al relato…Nadie va a construír una iglesia en una isla si no hay posibles «clientes». igual que la ropa tendida de la segunda isla y las habitaciones con vistas de las casitas para alquilar…porque puede que esta comunidad sobre todo en estas islas más cercanas a Puno, se dedique casi exclusivamente al turismo, pero sí que es cierto que hay islas pobladas, y no me creo que todos vivan en Puno y regresen solo para disfrazarse, hacer el teatrillo y sacar dinero vendiendo sus artesanías… Como dicen por ahí las malas lenguas😉



Si vas a Puno , por más que te digan que no vale la pena o que lo han convertido en un circo… No seré yo la que te desaconseje ir a visitarlos… Creo que hay que ir! Y ya de paso, creas tu propia opinión y luego me la cuentas …☺️Porque si no vas, solo te quedará fiarte de lo que te cuenten otros.
Después de la visita a los Uros regresamos en barco al puerto y según habíamos quedado, llegaron a recogernos en una furgoneta. Cargaron con nuestras maletas hasta la estación de autobuses donde tuvimos algunos problemas para autentificar nuestros billetes para el bus de noche a Cuzco, que se convertirían en simples anécdotas de viaje… Luego, pudimos dejar nuestras mochilas en un guarda equipajes de la compañia de autobuses y salimos a cenar por la ciudad; esta vez en un restaurante situado muy cerca de la plaza de armas… Ya por la noche, regresamos a la estación para subirnos al bus nocturno que nos llevaría hasta Cuzco… previo cambio de vestuario! 😉 Algún día haré un artículo completo sobre los sleeper bus; todo un descubrimiento! 🤭
A Perú llegamos con el único y buen propósito de visitar Cuzco, el Machu Pichu y recorrer el Valle Sagrado…Y la suerte, ya os adelanto que parecía estar de nuestra parte…Pero de esos lugares tan especiales os hablaré en el próximo artículo!
Hoy solo me queda despedirme de vosotros, y lo haré al estilo de los uros; en Aimara! Es curioso porque en Aimara no hay una única palabra para decir ADIÓS, pero las despedidas se construyen con el sufijo _Kama , que significa (hasta)
Muchas gracias como siempre por vuestra visita al blog, un abrazo y «Jikisiñkama«! (hasta luego) 🙃

Gracias por tu artículo tan interesante. Ahora sabemos más sobre los uros. Muy interesante.
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Muchas gracias a tí; por la visita y por tu comentario. Un abrazo!
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Es un gusto visitarte. Creo que es como tocar a tu puerta y saludarte. Bella vida.
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Gracias! 😊
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