
Casas de colores con formas geométricas, el cielo azul, amplias carreteras y al fondo montañas con las cumbres nevadas, que parecía que estuvieran tan cerca, que pudieras tocarlas con las palmas de las manos… Sólo faltaba que un reno atravesara la calle, para que definitivamente me creyera que estábamos llegando a Cicely, Alaska.