Aunque cada vez resulte menos frecuente encontrarse con caravanas personalizadas, cuando veo una original, no puedo evitar que me vengan a la cabeza recuerdos de la infancia, cuando por delante de mi casa pasaban los gitanos para cambiar de campamento. Lejanísimos quedan ya esos recuerdos porque tendría yo tres o cuatro años y luego, jamás he vuelto a verlos pasar.
Cuando pasaban aquellas carretas de madera tiradas por caballos y pintadas de colores llamativos con cazos colgados que tintineaban a su paso y con perros que iban detrás caminando. Mi madre nos llamaba con un grito “¡Gitanooos!” y mis hermanas y yo, dejábamos nuestros juegos y corríamos al jardín para ver pasar aquella maravilla de colores, con los ojos como platos, boquiabiertas y encantadas, al ver pasar aquel desfile de colores y sonidos.
Siempre trataba de imaginar como sería aquella vida.
Lo que para algunos se ha convertido en una solución alternativa, sigue siendo para otros, ese sueño por cumplir…
El deseo de tener su particular road movie… Quizás recorrer Australia o la costa californiana en una caravana o en una furgoneta . Tiempo libre, calor y miles de kilómetros de carreteras secundarias por delante… Una caravana o una vieja furgoneta totalmente customizada, decorada con telas de colores, cojines, cazos de hojalata y demás enseres para hacer una buena comida campestre… Una guitarra, una manta y una buena hamaca donde dormir la siesta a la sombra de un árbol. En contacto pleno con la naturaleza ,cambiando de lugar,viajando detrás del sol y dejando nuestro espíritu en libertad…
Seguramente muchos, ya habréis disfrutado de una experiencia así y otros como yo, quizás lo estéis deseando… ¿Cuándo nos vamos? 😉
¡Cuando quieras nos vamos!
Me gustaLe gusta a 1 persona