Igual que después de mi viaje a Rumanía escribí un artículo que se tituló :«Hola Rumanía, adiós prejuicios!», al regresar de Turquía debería de haber escrito otro que se titulara; «Turquía, disculpame por haberme equivocado contigo»

Turquía es a simple vista un país muchísimo más europeo de lo que yo hubiera imaginado; limpio, bien organizado, con buenas infraestructuras, un parque automovilístico renovado… en resumen: ¡un país moderno! Y los turcos, me han parecido amables y educados (Debe de ser que yo me había quedado en los hunos y he descubierto que estos turcos poco tienen ya que ver con Atila y su caballo). Si al menos hubiera visto alguna telenovela turca antes de mi viaje; estoy segura de que no me hubiera sorprendido tanto.
Entramos en Turquía por su capital; la vieja Bizancio, que más tarde se convertiría en Constantinopla y desde 1930 pasó a llamarse Estambul…Y nos encontramos con una ciudad llena de vida ; familias y grupos de amigos que pasean, charlan y se paran a tomar café y a cotillear; que parece ser que a los turcos no se les da nada mal… 😉 Llama la atención ver que en algunos de esos grupos unas chicas llevan hiyab para cubrirse el cabello y van tapadas, mientras que otras van en shorts… parece que el vestuario aquí ni es un problema, ni significa nada. Pensamos que el uso del hijab tendría que ver con la religiosidad, pero una guía turca nos dijo que tiene más que ver con el estilismo, que con cualquier otra cosa.🧕🏻





Tengo la sensación de que esta ciudad donde se une oriente con occidente, no duerme nunca; aquí siempre hay gente por la calle; puestos de comida callejera donde se puede desayunar, almorzar o merendar sin tener que sentarse. Carritos de mazorcas de maíz y castañas asadas, también en pleno verano! Numerosas pastelerías con dulces de aspecto súper apetecible, diversos tipos de baklavas y delicias turcas; que incluso te ofrecen a la salida de algunas mezquitas… Y también puestos de helados donde el heladero te hace la broma de ofrecértelo y luego alejarlo, que a decir verdad; no me hace ni pizca de gracia! 😤





La ribera del Bósforo además de ser un centro neurálgico de la ciudad, es también un lugar de encuentro; donde la gente pasea, come o se sienta a esperar por su barco mirando al mar… Es entretenido sentarse y observar la vida pasar; sorprende la variedad de estilos, la ropa, las características físicas de las personas; los turcos son variados; pueden ser rubios, morenos, de ojos claros o oscuros… Empieza a anochecer cuando oímos la llamada al rezo desde las mezquitas que coronan la ciudad… pero la gente parece ignorar la llamada y al contrario de lo que sucede en el norte de África, aquí nadie acepta la invitación de echarse al suelo a rezar.
Modernidad y tradicción confluyen en esta ciudad; por un lado los tranvías modernos, que pasan abarrotados de gente en las horas punta mientras que en Taksim; un bonito tranvía histórico de color rojo que comenzó a funcionar en 1868 tirado por caballos , sigue haciendo un recorrido de algo más de un kilómetro hasta Tünel; se le conoce por el tranvía nostálgico, y realmente lo es! Esta mezcla del presente y el pasado, también puede verse en sus edificios antiguos con fachadas elegantes; muchos de ellos perfectamente restaurados y rodeados de moderno arte callejero en muros y persianas de negocios… Otra cosa que me sorprende son los pasadizos subterráneos para atravesar plazas o carreteras, muy parecidos a los que hay en Bucarest… pero aquí se usan como lugar de mercado y están llenos de vendedores de falsificaciones a precios súper económicos.








Nos dirigimos al Gran Bazar y es como entrar en la cueva de Alibaba donde además de lámparas maravillosas, puedes encontrar; joyas de oro en todas sus formas más exageradas… esencias naturales, aceite y agua de rosas, especias… (Hay alrededor de 4.000 tiendas) Pero no os lo imaginéis como un zoco porque no lo es; es mucho más ordenado y limpio… El Gran Bazar y también el Bazar Egipcio son lugares más organizados que un zoco y quizás por eso no son tan divertidos 😉 Los vendedores tampoco se parecen a los de zoco; son mucho más tranquilos y aunque se acepta el regateo, nunca es tan loco, ingenioso y creativo como el marroquí o el indio. Aquí todo es más moderado y sin estridencias… Cuando te dicen que compres, porque el día siguiente es Domingo y estará cerrado: ¡fíate! Porque los Domingos cierran y los turcos ni son engañadores, ni tratan de llevarte al extremo para que compres. Pero si algo tienen en común los zocos y los bazares… o bien podríamos decir cualquier ciudad marroquí con Estambul, es la inmensa población de gatos; que son los auténticos jefes de la ciudad y campan a sus anchas por el bazar, como lo hacen por los bares, resturantes y sobre todo por su lugar preferido; las librerías… les da igual que la librería sea un puesto callejero de libros de segunda o una librería moderna de nivel; ellos siempre se buscan el mejor sitio entre libros, será para no aburrirse! 🐈📚🐈⬛
Los gatos forman parte de la vida de la ciudad y no incomodan a nadie, pero Estambul también está lleno de turistas y viajeros… y una cosa que parece haber molestado a los turcos y en la que hay que darles toda la razón; es el turisteo fotográfico e irrespetuoso dentro de las mezquitas… por eso han prohibido la entrada a la zona de oración de la mezquita de Santa Sofía a los no creyentes… Me encantaría poder entrar, pero entiendo perfectamente que lo hagan; con tanto turisteo se está convirtiendo todo en un circo y alguien tiene que pararlo!🤦🏻♀️
Otro icono de Estambul además de las impresionantes mezquitas de Santa Sofía (Aya Sofía),la Mezquita Azul o la de Soliman…es la Torre Galata, que por su altura, puedes ver casi desde cualquier lugar de la ciudad o del mar…y luego está el puente Gálata con sus dos ambientes; encima del puente lleno de gente pescando durante todo el día ; unos se ponen de pie con sus cañas, otros se sientan en sus sillas plegables a hablar con sus compañeros de pesca mientras la caña permanece en sumergida el Bósforo esperando a que pique algo… La parte de abajo del puente está ocupada por restaurantes donde se sirve pescado y marisco y los camareros salen a buscarte carta en mano, con muy buenas ofertas, algunas veces hay música tradicional en directo y al final de la comida o la cena, te agasajan con una dulcísima baklava…







Un imprescindible si viajas a Estambul es hacer un crucero por el Bósforo; ver la ciudad desde el mar mientras navegas y contemplar el puente colgante de 1.560 metros; una obra impresionante de ingeniería que fue muy criticada en su momento y que une los dos continentes; Europa y Asia.

Aunque antes el Bósforo era un río, ahora es un canal que conecta el Mar de Mármara con el Mar negro y que divide la ciudad de Estambul en dos mitades; la asiática y la europea…Sin duda alguna: ¡Algo digno de ver! Y otra de las muchas cosas que hacen de Estambul una ciudad súper especial en la que siempre apetece quedarse, al menos unos días más… 😉
Y como no podía ser de otro modo ; Estambul siempre me trae a la mente: la Canción del pirata de José de Espronceda ; todo un canto a la libertad, que los niños que tienen ahora la edad de mi padre, se aprendían de memoria en el colegio.
Con diez cañones por banda
Viento en popa a toda vela
No corta el mar si no vuela
Un velero bergantín
Bajel pirata que llaman
Por su bravura el temido
En todo el mar conocido
Del uno al otro confín
La luna en el mar riela
Y en la lona gime el viento
Y alza en blando movimiento
Olas de plata y azul
Y ve el capitán pirata
Cantando alegre en la popa
Asia a un lado, al otro Europa
Y allá a su frente Estambul...
José de Espronceda
Después de decir adiós a Estambul iniciamos una ruta que nos llevaría por Bursa, Canakkale, Troya, Izmir, Pamukkale… hasta terminar en la preciosa Capadocia. Un montón de lugares impresionantes de los que ya os iré contando en próximas publicaciones! Pero dejar a Estambul atrás, fue triste!
¿Alguna vez os ha costado tener que despediros de alguna ciudad mientras viajáis? 🥹


Gracias, Rocío, por OTRO precioso reportaje sobre una ciudad que creo hechiza a cualquiera. Qué buenas fotos y comentarios que nos dan una ligera idea de lo que es esa gran y magnífica ciudad. Lo que sí no sabía era lo de Atila… no sabía que era turco, es más, pensé que no había conseguido conquistar Constantinopla/Estambul! Pero siempre se aprende. Un abrazo, vecina/ (te volví a ver caminando hacia Torrón, por el cementerio… iba en coche y no pude parar!).
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Gracias a tí! 🙂
Lo de si Atila era turco…creo que más bien serían sus descendientes! A mí me explicó una guía turco-española que los hunnos eran proto-turcos ya que la población es de origen multiétnico; principalmente pueblos nómadas de Asia central , pero también otomanos, griegos, kurdos, gitanos… Y aunque antes había cierto racismo contra los kurdos , parece que ya está superado. Lo que no soportan es que se les confunda con los árabes.
¡Me volviste a ver!! ja ja 😀 Sí, ando por aquí! Pero yo nunca te veo a tí! 😉
Un abrazo!
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Estambul me recordó a las Mil y una noche
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Hola ! Gracias por tu visita!
Yo también tuve la impresión de estar en una ciudad con mucho encanto; sobre todo al ver los diseños de joyas y la ropa… Es todo como muy exagerado, muy barroco! Pero aún así consigue ser elegante… muy de cuento! 😉 Creo que esta ciudad ha conseguido mantener bien su esencia 🙂
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