Valle de Viñales, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1999, era diferente a todo lo que habíamos visto hasta el momento en Cuba…
Ya os había hablado antes de la impresionante naturaleza cubana; esa frondosidad verdosa que me hacía viajar a Galicia cada vez que me subía a un autobús y que me devolvía a Cuba cada vez que nos cruzabamos con un grupito de palmeras que sobresalía entre la frondosidad… Viñales no fue un plan premeditado, simplemente nos quedaban un par de días libres y nos dijimos… _ «Vamos a Viñales?! » 🚌
Después de haber pasado de nuevo por la Habana y de viajar unas cuantas horas en viazul, por fín llegábamos a Viñales.
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En cuanto nos bajamos del autobús, un montón de personas se abalanzaron sobre los pasajeros para ofrecernos habitación y aquello era un verdadero infierno porque no nos dejaban ni coger nuestras mochilas… venían «armados» con fotos de sus casas y tarjetas de visita en la mano y nos daban unos precios inmejorables (15 Cucs por habitación doble con desayuno incluído) A mí aquello me estaba agobiando un poco, además teníamos que ir a la oficina de viazul para conseguir un billete de vuelta a la Habana para dos días después. Era bastante incómodo llevar detrás a toda aquella gente que nos perseguía y no sabíamos que hacer para quitárnoslos de encima…como suele pasar, se nos pegó la mujer más especial del pueblo y le decía a los otros: «¡Fuera! ¡Estas son mías!» lo que sirvió para espantar a los otros ofertantes… mientras, nosotras la mirábamos y le decíamos _»¡No, Gracias! ya tenemos reserva…» pero ella insistía en escoltarnos y la llevamos pegada hasta la oficina de viazul, donde tomó asiento detrás de nosotras 😫 … la chica que trabajaba allí nos hizo un gesto bastante aclarativo sobre la salud mental de nuestra nueva amiga… y luego nos dijo que cuando no tomaba la medicación se ponía violenta e insultaba a los turistas… _¡Vaya! ¡Justo lo que necesitabamos! 😓 Hablamos con ella y le dijimos que se lo agradecíamos mucho, por todo el interés pero que ya habíamos reservado; nos fuimos sigilosamente y conseguimos salir airosas por una vez… En cuanto nos alejamos un poco, cogimos la lonely planet y nos pusimos a buscar el alojamiento mejor valorado de la zona… pero casualmente, mientras buscábamos en la guía, apareció delante de nosotras una casa que nos encantó La auténtica y nos paramos para preguntar si le quedaban habitaciones; era un poco cara, pero regateamos y nos quedamos. 😄 Más que una casa, parecía un hotel… con un personal muy amable, servicio de lavandería y un buen desayuno. La chica que nos recibió , al ver mis picaduras de mosquito, me dijo que pronto vendría el propietario que era médico y que me daría algo y así fue… me vió y dijo: «¡Buff! Quemada por el sol y llena de picaduras» y me dió una crema de aloe vera natural 100% que me curó de todos mi males… mano de santo! 👌
Puede que me arrepintiera un poco de la decisión de habernos librado de nuestra amiga, pero me duró un minuto. Si nos hubiéramos quedado en la casa de aquella extraña mujer, no dudo de que habría sido una gran aventura, pero ya a esas alturas, estábamos demasiado cansadas como para tener que dormir con un ojo abierto y un cuchillo debajo de la almohada…😉
Viñales es un pueblo con sólo una calle principal y una estética preciosa; con casitas de colores, que tienen un porche delante y un par de mecedoras de forja blanca idéntica a todas las otras mecedoras que fuimos encontrando por el resto del país, parece que sólo hubiera ese modelo, pero lo cierto es que les quedó realmente bonito… (en el respaldo, tiene forma como de corazones)
La calle principal está llena de pequeños restaurantes y bares, algunos con música en directo… y ese día, no sé si sería por la crema de aloe, o que es lo que fue, pero ¡ligué! 😱 jajaja ¡Ya os dije que los cubanos son unos artistas! Dominan el arte del ligoteo como nadie… así que es difícil no sucumbir a sus encantos y no se hable más! 😂 Un día en la Habana Vieja, un chico se plantó delante de Mayca y mirando a su madre le dijo: «Te presento a la que será tu futura nuera…» y nos reímos todos.
Pues aquella tarde, estábamos las dos sentadas en el balancín del porche; porque nuestra casa era bastante lujosa, y en vez de hamacas tenía un sofá-balancín… No había internet, así que no sé que estaríamos haciendo (nada bueno) 😀 quizás tratando de leer un poco… el asunto es que pasa un chico negro con cuerpo atlético, se para y le dice a Mayca: «¿Me das permiso para sacar esta noche a bailar a tu amiga?» Tenía gracia, yo allí presente y a mí no se me preguntaba nada… Me eché a reír, intervine en la conversación y le dije que sí, que iríamos a esa fiesta más tarde… la verdad que una no tiene demasiadas ofertas, así que me sentí muy halagada con semejante ofrecimiento! 😉 Pero cualquiera se fía… jaja Cuba está llena de jineteros! 😒De todas formas tuvo su gracia, y allí nos quedamos riendo mientras nuestro anfitrión que algo había oído, nos hacía gestos al pasar… Por la noche, por si acaso, no nos acercamos a la zona de baile (En Viñales hay demasiados profesores de baile, muchos son de pacotilla) y nos quedamos escuchando a un grupo que tocaba en un bar cercano…
Al día siguiente salimos a conocer el valle de Viñales.
Nos apuntamos a un trekking por el valle; y tuvimos como compañeros a una pareja de holandeses muy sonrientes y un padre con su hija veinteañera, alemanes ellos, además de nuestro guía de trekking… Caminamos entre mogotes, campos de café, granjas y casas de campesinos que nos invitaron al café más rico que he tomado en mi vida… también vimos como se realiza todo el proceso para fabricar puros habanos con secado incluído y nos fumamos uno! 😊 Nuestro guía nos iba diciendo los nombres de algunas plantas que encontrábamos, e incluso hizo espuma entre sus manos con una planta que se usaba antes como jabón para lavar la ropa… fue una mañana realmente interesante, disfrutando de un paisaje idílico que no parecía real, parecía que había sido pintado allí para nosotros… hasta las casas donde entramos estaban decoradas con objetos tan curiosos, que hacían que me mantuviera en alerta todo el tiempo.
Por la tarde cogimos el autobús turístico que sale de la Plaza de la Iglesia y que hace una ruta circular con la que puedes visitar todos los lugares de interés del Valle de Viñales; sólo has de bajarte en la parada que decidas y cuando terminas la visita, te subes al siguiente autobús que pasa para continuar tu viaje y todo con un solo billete… a algunos sitios ya ni entramos, como la Cueva del Indio; porque las entradas en Cuba son caras; pagas por entrar a un sitio y luego descubres que es un simple parque… se paga por cosas por las que resultaría inimaginable pagar aquí… En Viñales también fuimos a su museo; bastante simple y algo caro…y luego nos pasamos por la oficina de correos para enviar postales.
Hay algo que no os he dicho antes y que hace muy especial a Viñales; en Viñales no hay ni un sólo edificio alto y no vimos ni un hotel… pero en cada una de las coloridas casas de viñales se alquila una o dos habitaciones y eso se nota. Han conseguido hacer de Viñales un lugar donde el turismo funciona de manera sostenible y eso ha repercutido de manera positiva en el nivel de vida de la población; la gente vive de su negocio o de su profesión y a la vez tiene la ayuda del alquiler, así que y por ahora , se puede decir que han sabido hacerlo bien 😇
Hermoso, un abrazo
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Gracias! Un abrazo para tí también, ahora desde España 🙂
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Hola! Gracias por contar de tu viaje? Te puedo preguntar en qué casa se hospedaron?? Gracias!
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Sí Lourdes, la casa es muy recomendable… es muy bonita y nos trataron como reinas 🙂 está en la calle Salvador Cisnero y se llama La Auténtica. Si miras este post al final tienes la foto de la tarjeta con el teléfono y el correo electrónico 😉 Suerte y buen viaje!!! https://unplaninfinito.com/tag/itinerario-viaje-cuba/
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