Ganga es la forma en Hindi por la que todo el mundo en Varanasi conoce al río Ganges.
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Ganga, Varanasi. |
El Ganges es mucho más que un río… Es el encuentro entre la vida y la muerte y es un centro vital en Varanasi ya que toda la vida en esta ciudad gira en torno al río.
Las fiestas, las ceremonias, el trabajo como el de los lavanderos, los vendedores de velas, de collares y hasta de CDs… Todo el mundo se acerca al río y la ciudad parece observar durante todo el día desde sus ghats al río, no hay ninguna celebración que se le escape y es que el Ganges es digno de ver y de admirar.
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Bañándose a primera hora en el Ganges |
A la orilla del Ganges se encuentran los crematorios con montañas de madera apiladas que usan para quemar a los muertos cuyas cenizas luego arrojarán al río.
Excepto los bebés, las mujeres que mueren embarazadas o los que mueren víctimas de una picadura de serpiente… Todos pasan por la incineración antes de acabar en el Ganges.
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Crematorio de Varanasi desde el río |
Cualquiera que vaya Varanasi no puede perderse un amanecer en barca viendo como empieza el día en la ciudad , como la gente baja a purificarse bañándose en el río y como comienzan las ceremonias del crematorio …
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Nuestro barquero |
Durante los seis días que permanecimos en Varanasi, desayunamos y cenamos mirando al Ganges; unas veces desde la terraza del Ganpati, otras desde el Alka o desde los Gahts, y dos veces fuimos en barco por el río, que son de esas experiencias que nadie que tenga la ocasión de ir a Varanasi debería de perderse.
la primera fue la mañana del Martes, un día que luego daría mucho de sí…
La noche anterior habíamos quedado con Amit que vendría a buscarnos al Gampati a las cinco de la mañana y con él fuimos al ghat más cercano donde habíamos quedado con un barquero que nos llevaría a ver amanecer en el Ganges, haciendo un recorrido en barco por los ghats.
La experiencia estuvo llena de improvisaciones y sorpresas como durante casi todo el viaje por India.
Al poco rato de salir, nos quedamos sin gasolina y después de un tiempo parados en medio del río, otro barquero nos pasó una botella de las de cocacola llena de gasolina para poder continuar nuestro viaje, pero al final parecía no ser de la gasolina y tuvimos que hacer un trasbordo mientras amanecía.
Los inconvenientes no nos impidieron disfrutar de nuestro viaje. No perdíamos el tiempo; hacíamos fotos, Nuria compró collares de regalo para todas a un barquero que se acercó con su barquita a vender. Luego otros barcos «tipo tienda» se acercaban y nos ofrecían videos de la celebración nocturna o velas con flores de las que se arrojan al río para pedir un deseos.
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Estrenando el collar que me regaló Nuria |
Compré una vela y la eché al Ganges, pero un poco incosncientemente; sin aprovechar bien el deseo que puede pedirse, cuando volvimos era ya la hora de desayunar y luego nos esperaba una emocionante tarde visitando el proyecto educativo de Sigra…
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El primer deseo que pedí al Ganges |
La noche en el Ganges… El miércoles después de volver de nuestra visita al Slum, habíamos pedido cita para darnos una masaje ayurvédico (que aprovecho para recomendarlo, es de lo mejorcito para relajarse) y además ibamos a conocer la zona de Asi donde viven Maria y Anna cuando estan en Varanasi, yo tb tenía mucho interés en comprar cosmética ayurvédica porque a mí las cremas me encantan… Soy de esas que siempre se echa de todo.
El asunto es que vino a buscarnos Ranjan, teníamos cita para las cinco pero el tráfico en Varanasi es increíble a esa hora y tardó mucho en llegar, así que nos propuso que para evitar el trafico sería mejor ir en barco. Aunque me encanta ir en tuc tuc y en ricksahaw me pareció una excelente idea la de ir en barco… Porque también me encanta ir en barco! 😀
Casi siempre que voy a visitar a mi hermana a Vigo me voy a Cangas a dar una vuelta y todo por ir en barco! Hasta ahí llega mi gusto por la navegación 😉
Tardamos bastante en encontrar un barquero, pero también hay que decir que con Ranjan allí yo ya me despreocupaba y a disfrutar del momento. Mientras esperábamos por el barco a punto estuvimos de ser arrolladas por una manada de búfalos que bajaban corriendo por las escaleras del Ghat para bañarse en el Ganges entre la gente que les ayudaba a lavarse frotándolos hasta dejarlos impecables y relucientes.
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Búfalos bañándose en el Ganges |

Cuando llegó nuestro barco a buscarnos, un búfalo y el chico que lo bañaba tuvieron que salir del agua para que el barco pudiera aproximarse a la orilla…Pero nadie se molesta, no se enfadan , te dá ganas de gritarles «Danyavaadd!! » Pero hasta creo que les resultaría extraño, porque para ellos es un gesto normal. Todos compartimos el río y hasta yo acabé compartiendo el sentimiento de que el Ganges es mucho más que un río, hasta puede que de verdad sea sagrado…
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Ghats de Varanasi |
Mientras navegábamos a Asi Ghat, casi ni hablamos , es cierto que la India requiere concentración, cada imagen que pasa es una foto, todo es sorprendente y espectacular…Así que sólo comtemplábamos el paisaje disfrutando del recorrido en barco o hacíamos fotos, de vez en cuando se oía: «¡Miraa!» o «¿Qué será eso? «
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Embarcadas 🙂 |
Edificios imponentes con las fachadas descoloridas y medio destartaladas que en su época debieron de ser preciosos… gente que se sienta a contemplar el atardecer en el río, niños que juegan, gurús que meditan, otros que miran desde la ventana o chicos que se bañan tirándose al río desde los ghats con arriesgados saltos…
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Los ghats de Varanasi |
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Chicos nadando en el Ganges |
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Los ghats al atardecer |
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Viendo pasar el tiempo en los Ghats |
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Edificios mirando al Ganges |
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Cuando llegamos al Asi Ghat, Anna nos estaba esperando para llevarnos al lugar donde nos iban a hacer el masaje.
Como sólo había tres masajistas, dejamos allí a las tres chicas del primer turno y nos fuimos a dar una vuelta con Anna, yo le pedí que nos llevara a alguna tienda donde pudiéramos comprar cosmética ayurvédica y ese fue mi ¡¡gran descubrimiento!! Que por cierto no es cosmética, en los envases lo pone bien clarito : THIS IS NOT A COSMETIC PRODUCT. IT HAS THERAPEUTIC PROPERTIES.
Fuimos con Ana a comprar cremas, pasta de dientes, té orgánico… ¡Qué maravilla las tiendas Himalaya y Biotique! Me compré un montón de cosas a precios de risa y lo mejor de todo es que después de haberlas probado, puedo decir que mi experiencia ha sido buenísima y que estoy deseando volver a la India para traerme la maleta llena.
Cuando nos dimos cuenta, ya era la hora de nuestro masaje y allá nos fuimos.
Virtu pidió que se lo diera el chico y a Bárbara y a mí dos chicas vestidas con saris idénticos … Fue sorprendete porque compartimos habitación.
Nada más entrar te dicen qe te quites todo, todo y todoo y te dan como una especie de taparrabos que te ayudan a ponerte porque sino fuera así, no habría manera de ponerlo :S
El masaje es una maravilla; desde los dedos de los pies hasta la cabeza; las manos, las orejas…¡todo! es un auténtico relax.
Salimos de allí como nuevas y riéndonos , la experiencia, como casi todo en la India, había sido bastante impredecible y de lo más agradable.
Cuando salimos nos esperaba Ranjan que nos iba a acompañar a un restaurante italiano que hay sobre el Ganges en Asi Ghat.
En esa zona de Varanasi las calles son más amplias, no hay tanto tráfico y la zona parece más tranquila. Mientras caminábamos con Ranjan la gente nos saludaba en italiano o en español y Ranjan nos dijo sonriendo «Parecéis extranjeras» la verdad es que es casi inevitable parecer extranjera.
Cuando llegamos al restaurante, Anna y las otras chicas nos estaban esperando, así que pedimos la cena y de postre una tarta riquísima de manzana.
Cuando terminamos la cena bajamos al ghat para coger el barco y regresar al Ganpati. ¡Dios, qué viaje más bonitooooo!
Empezó accidental como casi siempre jajaja Pesábamos mucho y la barca no podía girar, normal que pesáramos tanto después de lo que habíamos cenado! 😉
Pero nos bajamos unas cuantas y al girar el barco volvimos a subir y partimos sin más problemas hacia Dasaswamedh Ghat.
Anna nos había dado una bolsita con velas y flores para pedir deseos al Ganges y esa vez sí que lo pedí a conciencia y tuve buena cuenta de que mi vela no se apagara. Era una noche preciosa, el barco se paró en medio del río y allí nos pusimos a encender las velas y luego con mucho cuidado a lanzarlas al río sin que se apagaran…
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Nuestras velas y nuestros deseos 🙂 |
La mía se fue alejando despacio pero encendida… la miré alejarse y me encantó… Menudo deseo le había pedido, supuse que para el Ganges no había imposibles, así que había que ponérselo dificil.
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Nuria mira a su vela alejándose
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Cuando el barco volvió a arrancar y mientras volvíamos tuve la sensación de que aquel era un momento especial y que quizás nunca más volviera a Varanasi, quizás nunca volviera a estar en el Ganges… Así que supe que era un momento único y traté de retenerlo sin perder nada de él casi como había hecho durante todo el viaje, atenta a todo sin siquiera tiempo para escribir las memorias en la preciosa libreta verde que había comprado en Annothi, Vatsalya y que llegó a casa en blanco pero no podía perder ni un sólo segundo escribiendo, no podía desconcentrarme y perderme algo…
El Ganges o mejor dicho Ganga; es sin duda inmenso y tiene mucho de sobrenatural, puede que me pareciera algo asqueroso al principio y que quizás no me atreviera a bañarme allí porque no estamos preparados y somos demasiado vulnerables a todo pero al mirarlo despertó en mí sensaciones que nunca había sentido en ningún otro río, ni en el Miño!!
Algo tiene ese río que lo hace único y porque no, SAGRADO.
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