Este verano y después de ver frustrados varios planes de viaje por causa del Covid19, finalmente nos decidimos por el Algarve. Os confieso que no tenía ni idea de lo que nos esperaba…para mí el Algarve no era más que un prototipo de turismo de sol y playa; un tipo de turismo en el que no estoy especialmente interesada.
Cuando empezamos a explorar la zona de forma virtual para saber todo lo que podía ofrecernos y supe de la existencia de las Islas del Parque Natural Ría Formosa, ya no pude sacármelas de la cabeza… No sé que tendrán las islas, pero a mí me encantan! ¿Cómo podía ser que con toda la gente que conozco que ha viajado durante años al Algarve, nunca nadie me hubiera hablado de ellas? Quizás todos hayan hecho un pacto secreto para no nombrarlas y conseguir así mantenerlas salvajes y alejadas del turismo de masas.
Hoy seré yo la que rompa el pacto de silencio para hablaros en petit comité de estas paradisíacas islas del Algarve; uno de los secretos mejor guardados de los portugueses.
Si llegáis al Algarve por el aeropuerto de Faro, quizás encontréis alguna agencia local, sobre todo las que que están cerca del puerto, que os ofrezcan viajes a las ILHAS MARAVILHOSAS; un día de paseo en barco con parada en alguna de las islas del parque…Suelen ser propuestas algo caras y bastante superficiales que no os permitirán disfrutar de las islas como ellas y vosotros os merecéis, por eso os ofrezco una propuesta algo más arriesgada, que fue lo que hicimos nosotros. Si te interesan estos datos, puedes seguir leyendo 😉
En este artículo os muestro como podéis recorrer las islas de Este a Oeste sin perderos nada y por un precio más que asequible ; Isla Tavira, Armona, Culatra, Farol y Barreta o ilha Deserta… Disfrutar de sus playas paradisíacas; extensas y poco frecuentadas; de su ambiente, de su comida…. y pernoctar en alguna de ellas.
A Isla TAVIRA llegamos desde la población de Pedras del Rei; primero se atraviesa un puente de madera y luego puede llegarse caminando, lo que lleva aproximadamente un cuarto de hora, o viajando en un tren antiguo que antes se usaba para llevar mercancías y que ahora se ha convertido en otra de las curiosidades de la isla. En isla Tavira hay un interesante Cementerio de Anclas, el Museo del Atún y unas cuantas casas de pescadores cubiertas de buganvilla y ahora reconvertidas en tiendas…al fondo, está la preciosa Playa de Barril; un arenal inmenso con hamacas y sombrillas de paja que junto con el color turquesa de las aguas, nos transportan directamente al Caribe.




ARMONA: A esta isla de tan solo 9km de longitud y con un máximo de anchura de 1 km, llegamos en Ferry desde Olhao, desde donde salen barcos con bastante frecuencia y el billete cuesta menos de 2 euros. Por fortuna encontramos un lugar donde alojarnos en la isla, no lo dudamos y reservamos un bungalow en isla Armona. El trayecto en barco es muy corto y cuando te estás acercando, ya intuyes que Armona te va a gustar. En el muelle donde atraca el barco hay algunos restaurantes donde preparan pescado y marisco al estilo tradicional con recetas que han ido pasando de generación en generación y además a muy buen precio…(Lo primero es comer 😉 ) Luego caminas por una calle central que atraviesa toda la isla, por el medio de casitas de colores; muy pintorescas y con jardines originales, que a medida que te vas aproximando más a la costa van pasando de ser jardines frondosos con buganvillas de colores nunca antes vistos, a jardines arenosos donde abundan las especies de cactus y suculentas…No hay ni una casa igual a otra, tampoco hay casoplones, casi todas son casitas pequeñas de una sola planta donde priman las diveras tonalidades de azul, blanco y amarillo, algunas tienen un azulejo con la imagen de San Antonio incrustado en la fachada , que nos recuerda que seguimos estando en Portugal… Nuestro alojamiento era el único que salía en las páginas de reservas para poder pernoctar en la isla: Orbitur, un camping de bungalows, con unos amables recepcionistas que nos sacaron de dudas…Pues sí, se pueden comprar casas en Armona, pero al ser parque natural, nunca llegas a ser propietario del todo, la compra es válida solo por unos años; una especie de concesión, tampoco puedes hacer ampliaciones o reformas pues como es obvio, al ser parque natural, se rigen por una normativa estricta… Tener una casita en un lugar así me parece un auténtico lujo, cuando sales de una cuarentena tan dura como fue la nuestra, es casi imposible no tener este tipo de pensamientos.



A pocos metros del bungalow, saliendo por una cancilla, teníamos una playa…y si continuábamos por la calle central por donde habíamos venido hasta el final, llegaríamos a la playa más grande y bonita, y así hicimos… Después de caminar por una pasarela de madera , terminamos en una playa inmensa, de aguas cálidas y casi desértica, donde nos bañamos y contemplamos la puesta de sol.
A la vuelta decidimos comprar provisiones en una tienda para cenar en el porche de nuestro bungalow y sacarle así más partido a nuestro bonito alojamiento; cenando al aire libre rodeados de erizos que se paseaban tan contentos y aunque dicen que también hay camaleones en la isla, deben de hacer muy bien su trabajo, porque nosotros ni los distinguimos! 😀 Los dos días que pasamos en la isla comimos muy bien, en el restaurante que está más cerca del muelle. Todos tienen una carta parecida; pescado fresco, pulpo, caldeirada, cataplana…Si buscáis un buen lugar para pasar unos días relajados, cuidándoos y alejados del mundanal ruído, este es altamente recomendable.




Al día siguiente dormimos en Olhao y decidimos salir por la mañana en ferry para seguir explorando las otras islas; la siguiente fue Culatra.
CULATRA no es una isla de veraneo… Es mucho más que eso; es una población de pescadores con todos los servicios básicos; iglesia, colegio, biblioteca, polideportivo, clínica veterinaria…y además tiene unas bonitas y sencillas casas donde sus propietarios, sin aspecto de veraneantes y muchos ya de edad avanzada, toman el fresco; sentados a la puerta de sus casas… O como diría la madre de nuestro amigo Javi :«Ahí están ; esperando la muerte!» 🤦♀️ ¡Qué ocurrencias! jajaja
Culatra tiene un inesperado aire de isla africana; en cuanto te bajas del ferry te recibe una barca de pescadores pintada de colores que pone CULATRA y una iglesia blanca con una enorme plaza delante donde se celebran las procesiones de Nossa Senhora dos Navegantes, que no parece ser la Virgen del Carmen; aunque siempre había pensado que ella era la única patrona de las gentes del mar.
Aquí, igual que pasa en Armona, tampoco hay vehículos de motor por la calle y reina la paz y la tranquilidad; un ambiente muy propicio para quien desee descansar en un arenal espacioso bañado por un mar tranquilo; dicen además que este es un lugar ideal para pacticar submarinismo.
Después de recorrer todo el pueblo por su calle central, vas a dar a una pasarela de madera que pasa por encima de los humedales y te lleva directamente a la playa… Nos esperábamos un recorrido más largo y nos supo a poco, la playa es enorme y para asombro de mis amigos andaluces, la arena no quema! 😉 Desde ella se divisa el faro de la isla de Farol, que es en realidad el otro extremo de la isla de Culatra.
Nos bañamos, comimos en la playa…y por la tarde regresamos al embarcadero para ir a la isla de Farol, también en barco… Ahí descubrimos que cuando compras el billete para el ferry, pagas por trayecto, si hubiéramos continuado hasta Olhao no tendríamos que pagar nada, pero como nos bajamos en Farol, tuvimos que comprar otro billete para ir de Farol a Olhao… en todo caso, el precio es irrisorio; menos de dos euros.
Tuve la impresión de que FAROL era la zona de ambiente de Culatra, la parte joven de la isla; nada más desembarcar ya vimos algún un puesto de venta de artesanía y algunos chiringuitos con terraza donde tomarse algo y por supuesto vimos al gran protagonista; el Faro de Farol! No hay ningún punto de la isla desde donde no pueda divisarse , el faro permanece omnipresente!!
Debido al covid, no permiten entrar ni subir al faro y esto sí que es una pena! 😦 Primero porque me encantan los faros y además porque tiene que haber unas vistazas desde arriba! La playa de Farol es tan bonita como las de las otras islas; con arena fina y blanca, agua transparante y tranquila que invita al baño… playas tranquilas, sin ninguna masificación. Además hay chiringuitos originales que le dan un toque de color muy caribeño.
Después de bañarnos en la playa, caminamos por el pueblo entre las casas; que como las de Armona, son casitas sencillas de veraneo pintadas de colores vistosos…
La isla Barreta o isla Deserta, solo pudimos verla desde el barco, pero nuestra curiosidad por este archipiélago protegido del sur de Portugal, quedaba saciada 🙂
Como último apunte añado que; aunque hay gente que contrata unaexcursión en taxi o en lancha y lo hace todo en un día o en medio día… Yo os recomendaría viajar con calma y disfrutar de cada una de estas islas paradisíacas sin prisas. No es necesario alquilar nada y mucho menos gastarse un dineral; basta con ponerse a la cola detrás de algunos de esos portugueses que mantienen uno de los secretos mejor guardados del Algarve; subirse al ferry, sentarse y disfrutar de la travesía hacia un refugio natural de paz.
Y por supuesto llegado el momento de la despedida, solo me queda pediros algo; que me guardéis el secreto y no se lo contéis a nadie… 🤫
Sigamos tratando de proteger la naturaleza si queremos seguir disfrutando de lugares tan especiales, naturales y poco masificados… Discreción, responsabilidad y como siempre, desearos un buen viaje! 😉 🙌
Uy… ¡Qué bonito! Me tendré que ir, pero guardaré el secreto… 😉
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Claro que tienes que ir! Y no te vas a arrepentir, es un lugar muy especial! 😍 Y sí! Muchas gracias por guardarme el secreto; conozco a mucha gente que ha viajado al Algarve y ni sabe que existen… Lo he compartido con la gente que lee mis artículos porque sé que no es mucha y además es responsable 😇 😉
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