
Cuando el gusto por viajar se convierte en una obsesión enfermiza que no ve más allá de satifacer el propio deseo a costa de lo que sea… cuando se defienden el derecho a viajar como si viajar fuera un derecho; sin ser conscientes de que mientras no todo el mundo pueda hacerlo no estamos hablando de un derecho, si no de un privilegio, que hasta ahora solo algun@s teníamos… Creo que ha llegado la hora de centrarse.