El título del post puede recordar un poco a «Durmiendo con un Vampiro» pero nada que ver, dormir con un gurú resultó ser una experiencia casi religiosa 😉
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En la estación de tren de Agra. |
Subimos al tren sobre las diez de la noche y enseguida encontramos nuestras literas , esta vez más cercanas entre nosotros. ¡La experiencia es un grado!
A Ángela, Barbara, Maribel y a mí nos tocó en un «Departamento kinder» (Tenía sorpresa)
Cuando Amit nos dijo que había sitio para cuatro allí… Virtudes que es una mujer observadora preguntó _¿Cuatro? _¿Caben cuatro ahí con el altar que se trae ese tío montado? No sabía a que se refería… Al entrar pude ver de que hablaba.
Íbamos a compartir departamento con un gurú!! 😀
Para los hinduístas el gurú es un maestro espiritual , considerado una persona importante que muestra el sendero del yoga, enseña las técnicas de meditación, y a quien se le pueden pedir consejos.
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Así de decorado nos encontramos nuestro departamento en el tren. |
El frente estaba decorado con collares de flores de color naranja y amarillo como las que llevaba nuestro acompañante colgadas al cuello. También había pétalos de rosas y hasta pepinos y calabacines … Era el más bonito y original de todos los compartimentos y encima oloroso!
Así que juntamos las manos y saludamos : «Namasté!». Nos repartimos las literas y colocamos nuestras cosas.
Viajando con un gurú no podía pasarnos nada!! Te quedas mucho más tranquila 😉
Como el departamento donde dormían Estrella y Amit iba casi vacío, nos quedamos allí a charlar mientras no subía nadie.
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Cenando y charlando en el tren |
En la litera del pasillo iba un chico que se puso a hablar con nosotros y que resultó ser informático. Coleguilla de Estrella ¡vamos! Así que quedó bautizado ya como «El amigo de Estrella». Charlamos con él un buen rato hasta que «Nuestro gurú» nos hizo una llamadita de atención y nos mandó apagar las luces.
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Estrella con su amigo, intento apartarme para no salir en la foto, pero ya es demasiado tarde :S |
Estrella y su amigo continuaban hablando. Allí los dejamos inmersos en una extraña conversación : El amigo de Estrella decía que a Varanasi también se le llama Benares, Banarés, Vanarasi, y khasí… Pero Estrella se negaba a aceptarlo y le decía que ella había buscado Vanarasi en google y le había salido otro sitio… Si ya Varanasi me tenía intrigada…¡ La intriga iba en aumento! Pero aún así, hicimos caso omiso al gurú 😉 y nos fuimos a dormir a nuestro departamento oloroso y decorado con flores.
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Estrella nos hace la foto a Bárbara y a mí mientras «nuestro gurú» reposa placidamente 😉 |
La verdad que dormí muy bien. Hubo algo de meditación por la noche pero a mí no me afectó en absoluto ( En ese momento aún nadie nos había explicado lo del ohm) y cada vez que daba una vuelta me venía el olor de las rosas… así que de maravilla!
Cuando despertamos, nuestro gurú ya se había ido pero se había dejado toda la decoración. Anna vino a despertarnos y nos contó que normalmente cuando van a despedir a los gurús al tren les llevan regalos, y probablemente esos eran sus regalos de despedida.
Bajamos de las literas y fuimos con Anna al departamento donde Estrella y Amit habían pasado la noche. El amigo de Estrella dormía al otro lado del pasillo.
Seguimos hablando y comiendo galletas hasta llegar a Vanarasi. De vez en cuando pasaba un hombre ofreciendo Masala Chai , que es el té de la India y que es el resultado de una mezcla variada de especies; cardamomo, clavo, pimienta… Está riquísimo cuando está en su punto. La verdad es que a mí en cada sitio me sabía diferente. (La cantidad de unas especies o otras varía considerablemente, así cada vez que lo tomas, parece un té distinto)
Sin saber la razón, el tren se quedó parado a unos pocos kilómetros de Varanasi durante casi una hora y hasta nos pareció ver a alguna gente que salía y continuaba su viaje andando.
Y ahí estábamos nosotros, a punto de entrar en la loca y sorprendente Varanasi , de la que tanto y tan mal habíamos oído hablar.
XD qué nerviosss!! 😀
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