Confieso que desde que ví el itinerario del viaje , lo único que me preocupaba era el viaje en tren … ¡Una noche en tren podía ser mortal! ¡Lo peor fue cuando me enteré de que no era una noche en tren, sino dos! A veces es mejor enterarse cuando ya no queda más remedio.
Nuestra primera noche en tren Delhi – Pushkar en un vagón de segunda clase empezaba el día siguiente de nuestra llegada a Delhi a la una y media de la mañana…Aún ahora cuando lo pienso, no puedo creer que un sólo día en Delhi dure tanto.
Mientras íbamos a la estación de trenes, el panorama era desolador… Gente durmiendo en las aceras y un calor horrible para aquella hora de la madrugada.
Ankit me dijo que todavía habría más sorpresas al llegar a la estación. Iba preparada para todo, porque me habían contado que había ratas… No había problema ¡Qué más daba una rata más o menos! Estaba en la India, tenía que ir preparada.
Pero Ankit no se refería a las ratas…
A medida que nos íbamos acercando a la estación , la población de personas durmiendo en las aceras aumentaba.
Nuestra furgoneta se acercó a la entrada y bajamos nuestras maletas, en la acera olía a mierda y el calor se hacía insoportable, muchos porteadores se acercaban a nosotros para ofrecerse a llevarnos las maletas.
Caminamos hacia el interior de la estación y aquello parecía un campo de refugiados; era algo así como cuando después de una catástrofe habilitan un pabellón municipal para albergar gente. Miles de personas, familias enteras dormían en el suelo, hombres y mujeres con sus pertenencias y los niños en medio.
Nosotros permanecíamos de pie, al lado de nuestras maletas. Algunos nos miraban, parecíamos las únicas extranjeras que estaban aquella noche en la estación.
Sin duda fue uno de los momentos más duros de todo el viaje, cuando miré a Bárbara la ví llorando. Creo que ninguna de nosotras sacó la cámara aquella noche, algunas situaciones exigen un respeto.
Para romper el hielo, o para dar un toque de normalidad a aquella estación, decidí que aquel era un buen lugar para hacer «bookcrossing». Había salido de casa con un libro que me había regalado mi amiga Loreto en la mochila » La Librería de las nuevas oportunidades» De Anjali Banerjee , esperando una buena ocasión para liberarlo y una estación, siempre es buen lugar para dejar un libro.

Lo saqué de la mochila y lo coloqué en el suelo cerca de una columna. Entonces lo vió Ankit y fue a recogerlo. _ ¡Es tuyo Ankit! ¡Acabo de liberarlo! Me alegró que fuera Ankit el que lo encontrara.
Ankit estudia en el Instituto Cervantes y habla muy bien Español, además descubrí que era un aficionado a la lectura. Así que el libro no podía haber caído en mejores manos.
¡Menudo trabajo está haciendo el Insituto Cervantes! He conocido a gente que habla un español perfecto sin haber puesto nunca un pie en España.
Ankit también se interesó por el bookcrossing y dijo que en cuanto lo leyera, volvería a liberarlo.
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1 comentario para “Bookcrossing en la estación de trenes de Delhi”